Vesánico

¡Admítelo! FUISTE TÚ. ¿A quién quieres engañar? Mírate las manos ensangrentadas. ¡Eres culpable! Nadie creerá en tu inocencia. Asúmelo. ¡ERES CULPABLE! No dejes pasar más tiempo. ¿Por qué insistes en negarlo? ¡Entrégate ya! NO SEAS COBARDE. Detente. Basta. Quita las manos de tu cabeza. No sigas golpeándola. Bien sabes que mi voz nunca se apagará.